Morgatia hupei (NION & HENRY, 1967)
Descripción general:
El género morgatia describe trilobites phacópidos de tamaño mediano-pequeño, del orden de 4-5 centímetros. En la Península Ibérica se describe la especie Morgatia hupei (NION & HENRY 1967).
El rango temporal en la que esta especie desarrolló su existencia es muy estrecho geológicamente hablando, perteneciendo al final del Dobrotiviense Inferior, definiendo una Sub-biozona concreta (Sub-biozona Hupei), que corresponde a la parte final de la Biozona Tournemini.
Es aspecto general es ovalado en conjunto, redondeado suave tanto en su parte anterior del cefalón (borde cefálico) como en el borde del pigidio. Son un rasgo característicos sus grandes ojos esquizocroales, típicos del Orden Phacopida. No tiene ni espinas genales y caudales, y las terminaciones de las pleuras son redondeadas aunque un poco angulosas.
La característica que suele ser el principio de la clasificación de este género es la que se ha comentado antes, al tener unos grandes ojos con respecto a la glabela, altos y con una superficie facetada muy amplia.
Galería fotográfica de Morgatia hupei
Cefalón:
Cefalón con una glabela muy amplia y ancha, pero muy poco abombada. Los primeros surcos muy marcados, los demás apenas se aprecian.
Tiene unos ojos muy grandes, que sobresalen de la glabela con gran altura, con un área lenticular muy amplia y que le otorgaba una visión de 360 grados, ya que tiene facetas que se dirigen hacia la parte trasera del animal, por lo que tenía el campo visual completo.
Otra característica es el reborde cefálico es plano y marcado, sobre todo en los laterales, por lo que se define muy bien la forma cefálica casi semicircular.
Tórax:
Tórax muy bien definido, con 11 anillos torácicos. Los surcos pleurales intermedios son muy largos, hasta tres cuartas partes de la longitud de la pleura. Estas pleuras acaban en un borde redondeado.
Pigidio:
De tamaño pequeño, es redondeado, con los surcos pleurales levemente marcados pero visibles, que se difuminan cuanto mas cerca estén a la parte posterior y al borde, siguiendo la linea que viene del tórax. El raquis está bien marcado (unas 5 costillas, aunque las últimas se difuminan), y su terminación no llega al borde pigidial. Carece de espina caudal.
